La metamakgia
El 14 de febrero de 2013 me fui a vivir a un piso de alquiler en Orihuela para empezar una verdadera nueva vida con mi mujer Mery Baute. Fue el mayor y definitivo punto de inflexión en toda mi existencia hasta hoy. Nos habíamos conocido el 5 de septiembre de 2012 en Badoo, pero desde el primer día nos dimos los números de teléfono para hablar, conociéndonos en persona apenas dos semanas después en el piso de mi madre, en Alicante. Automáticamente todo el pasado quedó atrás. El 14 de febrero de 2013 me embarqué en el camino que acabaría llevándome a la liberación definitiva.
Durante los primeros seis años no tuve nuevos proyectos de vida. Pero sucedió algo mejor si cabe, pues sería el acontecimiento que me llevaría hasta el último y más significativo proyecto definitivo.
A principios de 2014 descubrí la británica magia del caos, el paradigma posmoderno más reciente dentro de la magia ocultista. Fue gracias a una investigación que hice sobre el icónico guionista de cómics y escritor británico Alan Moore.
Aunque desde el principio me interesó el estudio y la práctica de la magia ceremonial, no obstante siempre quedó en un segundo plano, pues mis intereses estuvieron más centrados en el orientalismo asiático. Era la disciplina principal del esoterocultismo, junto con la astrología y la alquimia, es decir, las llamadas "ciencias ocultas" en el Renacimiento europeo y la tradición occidental a nivel espiritual, también catalogadas como filosofía oculta. Tras la Ilustración y el "siglo de las luces", estas disciplinas entraron en desuso, a favor del racionalismo, la ciencia y sus objetivos logros, por tanto la magia fue reinventada como prestidigitación e ilusionismo o "magia de salón", a partir del siglo XIX. Aunque nunca faltaron las reivindicaciones mágicas ocultistas y el planteamiento de nuevos paradigmas, que se renovaron en la segunda mitad de ese mismo siglo XIX, gracias al trabajo del mago ceremonial y escritor francés Alphonse Louis Constant (1810-1875), más conocido como Éliphas Lévi Zahed (su nombre en hebreo). Muy interesado por la cábala judía, hasta el punto de dar lecciones y ser reconocido en Francia como uno de sus mayores expertos, en realidad sus ideas y concepciones "cabalísticas" han sido desmentidas y rechazadas por los verdaderos expertos en esa materia del judaísmo heterodoxo esotérico, destacando al considerado unánimemente mayor experto, el filólogo e historiador israelí Gershom Gerhard Scholem (1897-1982).
Pero Lévi solo sentó las bases de lo que en las últimas tres décadas del siglo XX se catalogaría como el "renacimiento mágico". Los autores y referentes que marcarían un verdadero punto de inflexión, reinventando la magia ceremonial a principios del siglo XX, fueron dos británicos: el mago ceremonial, alpinista, poeta y escritor Edward Alexander Crowley (1875-1947), más conocido como Aleister Crowley y el pintor, escritor y ocultista Austin Osman Spare (1886-1956). Este último aportó una herramienta mágica ineludible desde entonces para los interesados y practicantes de cualquier tipo de magia ocultista: los sigilos. Sin embargo fue el primero quien estableció una definición exacta de la magia ocultista, para distinguirla definitivamente de cualquier otra concepción: "el arte y la ciencia de hacer que los cambios ocurran en conformidad con la voluntad". Para ello añadió una k final, quedando el distintivo concepto magick, en inglés original. En España se ha traducido de dos maneras: anteriormente magia(k) y recientemente makgia.
Crowley hacía una distinción esencial entre la voluntad, entendida como lo volitivo o egoico y otro tipo de voluntad superior, a la que catalogaba como "la verdadera voluntad". De ahí que su trabajo se centrara en encontrar primero esa presunta "verdadera voluntad" para "sintonizarse" luego con ella, mediante aquello que llamaba "entrar en contacto y conversación con el santo ángel guardián", una especie de entidad superior que también podríamos equipararla a eso que en muchas corrientes espirituales se denomina el "yo superior". Entelequias y quimeras, en realidad, de la religión, la espiritualidad y el esoterocultismo. En mi caso intento, sin dejar de ser especulativo, acercarme a ello con la catalogación de "presencia", equiparándola a un estado de consciencia que, parece ser, podría sobrevivir a la muerte cual abstracción inconcreta e impersonal, según las investigaciones más recientes, aunque todavía muy subjetivas, sobre las ECM (experiencias cercanas a la muerte) y todas las fascinantes implicaciones que traen.
En realidad mi distanciamiento original con el esoterocultismo en general y la magia ocultista (nunca me ha interesado mucho la alquimia y nada la astrología, por algún motivo que desconozco) en particular, fue debido al omnipresente condicionamiento cristiano, tanto católico como protestante, siempre presente y ubicuo en el trasfondo ideológico, creyente y doctrinal. Era como una barrera y un velo que falseaba la verdadera realidad más allá de lo humano e impedía acceder a ella. Como la pretensión del esoterocultismo siempre ha sido conocer las supuestas y presuntas "leyes" metafísicas de lo espiritual, así como el "más allá" y las realidades postmortem, en el caso de haberlas, la presencia condicionante del cristianismo y su credo era lo que determinaba, a mi juicio, que el esoterocultismo occidental estuviera anclado a una falsedad producto del comportamiento evangelizador totalitario e impuesto a sangre y fuego, que ningún mago ceremonial supo ni pudo superar hasta principios del siglo XX, cuando los dos pioneros iconoclastas citados más arriba, Crowley y Spare, consiguieron, no sin grandes dificultades, liberar al esoterocultismo y la magia ceremonial de ese yugo omnipresente, aunque no del todo.
Ahora sí que podíamos ir más allá y explorar los límites de la realidad sin las falsas, equívocas, erróneas y condicionantes doctrinas impuestas por el cristianismo en todas sus vertientes (así como el judaísmo y el islamismo). También era necesario liberarse de las creencias orientales de corte asiático, como el hinduismo, el budismo o el taoísmo religioso.
Entonces y gracias a la aparición en mi camino de la magia caota, pude evidenciar algo muy significativo: desde la segunda mitad del siglo XX el esoterocultismo occidental adoptó una versión propia de los senderos que podíamos seguir en nuestra exploración espiritual y que nos llevaban más allá de los límites de la realidad, englobándolos en general como "senderos de la mano derecha" (right-hand path o RHP en inglés original) y "senderos de la mano izquierda" (left-hand path o LHP en inglés original). La terminología era originaria de la India y se usaba para distinguir las corrientes espirituales cuya orientación en la búsqueda interior se centraban en seguir la ortodoxia religiosa y social establecida, respetando todas las prohibiciones y tabús imperantes ("mano derecha"), de las corrientes espirituales cuya orientación se centraba en todo lo contrario: incumplir las prohibiciones y romper los tabús ("mano izquierda").
La adaptación esoterocultista occidental hizo una distinción entre las escuelas, sectas, organizaciones y tradiciones ancladas a la moralidad religiosa y social imperante, derivada de las creencias cristianas o neopaganas impregnadas de moralidad abrahámica, como la wicca, donde existe el principal tabú de dañar a los demás, para distinguirlas de los nuevos enfoques heterodoxos y disruptivos con la tradición occidental, que nacieron en las últimas cuatro décadas del siglo XX, a través del satanismo reivindicado, no como el invento cristiano e imaginario original, sino como una filosofía racionalista o metafísica de vida, según la amplia diversidad de interpretaciones que surgieron a partir de 1966 y la fundación de la Iglesia de Satán, con desdoblamientos creativos que incluían reclamar mitologías e invenciones también cristianas en origen, como el luciferismo. Pero la cosa siguió desdoblándose a finales del siglo XX con la tradición draconiana y otras muchas interpretaciones liberadas de los condicionamientos abrahámicos.
Lo mejor y más importante a mi juicio que aportó la magia del caos, a finales de la década de 1970, fue la metacreencia, que consiste en usar y tirar creencias a conveniencia, tratando las creencias no como entidades férreas que se establecen de la forma más condicionante desde la infancia, arraigando en nuestro cerebro para acogernos a ellas como si fueran la verdad absoluta, sino como estrategias psicológicas para conseguir nuestros fines, a nivel práctico, ya que la magia caota se fundamenta principalmente en una filosofía práctica y utilitarista, centrada en la obtención de resultados, independientemente de los medios usados para llegar a los fines. Esto, por descontado, representa una potente revolución cognitiva muy disruptiva e inusual en el mundo de la magia ocultista, no digamos ya en el mundo de la religión o la espiritualidad, donde todo va arraigado de manera férrea a una serie de doctrinas y dogmas inamovibles o fe. Aunque tuvo un importante precedente en el escritor, editor y mago ocultista británico Lionel Snell, más conocido por su pseudónimo Ramsey Dukes, en realidad fue creada tras un encuentro entre Peter J. Carroll y Ray Sherwin, ambos británicos, que tuvo lugar en 1976. A partir de entonces nadie se ha decidido apropiar de este paradigma posmoderno y heterodoxo que ha renovado la magia ocultista como ningún otro, teniendo una amplia cantidad de referentes que lo han enriquecido al máximo, destacando a uno de sus mayores divulgadores, el escritor y mago ocultista británico Phil Hine.
El descubrimiento del paradigma caota a principios de 2014, ya consolidado en Orihuela, conviviendo con mi mujer y totalmente independizado y reinventado, viviendo una vida nueva, sin contacto ni relación con el pasado, trajo algo muy importante a esa vida y que nunca pude evidenciar correctamente hasta ahora, transcurrida una década, aunque hace un tiempo que las intuiciones se decantaban hacia ello. Si bien es cierto que durante los cuatro años y medio en Alicante (desde el 1 de noviembre de 2004 hasta el 25 de mayo de 2009) viví mi primera "noche oscura del alma", no es menos cierto que todavía no me había sumergido de verdad en el reverso negativo, tenebroso y profundo de la realidad, el "lado oscuro" o "lado nocturno", como suele ser conocido en el esoterocultismo más actual. Durante nueve años me sumergí en una exploración de ese reverso oscuro e infernal de la realidad y pude comprobar por qué motivo solemos evadir e intentar evitar esa inmersión. Pero la década transcurrida desde entonces ha sido la más importante de todas. Durante dos décadas estuve inmerso en el recorrido de los senderos de la mano derecha, a través del orientalismo, la espiritualidad o el esoterocultismo clásico. Inconscientemente me preparé, llegando a ciertos límites de la realidad, a través de una exploración contracultural, con catarsis, alcohol, hachís, marihuana y literatura. Pero todo eso fue solo una preparación previa, incluyendo la evidenciación presencial con LSD, el 5 de julio de 2012. Ahí se produjo el verdadero punto de inflexión. Estaba preparado para sumergirme en la verdadera oscuridad interior, recorriendo los senderos de la mano izquierda. Había llegado el momento.
Lo primero que aconteció fue el encuentro inicial con mi futura mujer, Mery Baute, acaecido solo dos meses después de la evidenciación lisérgica. Ella supuso la manifestación concretada de mi reinvención disruptiva que ponía punto final a todo condicionamiento. Su aparición en mi camino implicó romper con todo el pasado, reformatear mi existencia al completo y reiniciar una nueva vida en un lugar totalmente desconocido para mí, donde pude, por fin, empezar de cero, en la recta final de los 37 (tres meses antes de cumplir 38). Así fue como me distancié de mis dos proyectos vitales (un método de autoayuda y una religión neopagana) para centrarme en una vida vincular de pareja. En aquel momento eso era precisamente lo último que esperaba o imaginaba, pero ya tenía conocimientos y experiencia de sobra como para dejarme llevar por los acontecimientos espontáneos que redirigen tu vida hacia lugares inesperados e insospechados. Corrido el suficiente tiempo (doce años de convivencia vincular caminando en la misma dirección evolutiva y sin interferencias entre ambos) sé que nunca podría haber llegado al punto en el que me encuentro ahora si no hubiera sido por la aparición de mi mujer en el momento oportuno y todo lo que hemos pasado juntos, pues yo iba a necesitar un apoyo y una ayuda que solo un ser extraordinario como ella me podía brindar de manera totalmente incondicional y sin duda alguna.
2013 y 2014 fueron años de reajuste, de adaptación, de cambios, de descubrimientos, de pruebas y de preparación. Pero todo se desencadenó a partir de la segunda mitad de 2015. El catalizador fue un libro del icónico y emblemático escritor estadounidense de terror Thomas Ligotti. En febrero de ese mismo año la editorial Valdemar tradujo y publicó su único y demoledor ensayo La conspiración contra la especie humana. La edición original en inglés se había publicado un lustro antes, en 2010. Ese libro fue el punto de inflexión que abrió las puertas de toda oscuridad profunda, plasmada en mitos griegos como el Hades y el Tártaro, que el cristianismo reinventó como el infierno. Gracias a Ligotti y su prueba de fuego presentada en forma de ensayo filosófico especulativo, descubrí durante los siguientes nueve años que nadie puede alcanzar la liberación definitiva si no ha completado el recorrido por toda la oscuridad profunda, a través de los tortuosos senderos de la mano izquierda que revierten las apariencias. Y hoy, ya de regreso hace un año, te puedo asegurar que ninguna de las apariencias que puedes ver (percibir) es real ni verdadera.
Así dio comienzo mi mayor inmersión en la oscuridad durante los siguientes años. Entre medias volví a la dieta ovolactovegetariana en noviembre de 2015. Un año después probé durante un tiempo la dieta vegana basada en plantas. Con altibajos e interrupciones estuve sin comer huevos ni lácteos desde el 18 de octubre de 2016 hasta el 8 de julio de 2019. No hubo más proyectos vitales en todo ese tiempo, excepto una nueva etapa en Actitud Consciente que se llamó "la senda de iniciación a los misterios de la presencia" y tuvo lugar el 17 de septiembre de 2017, desocultando el conocimiento de la liberación definitiva. Hubo un intento de reactivar el neoiberismo entre marzo y agosto de 2018, pero también fue en vano, pues faltaban dos años para la aparición del conocimiento clave aportado por el trabajo arqueológico comprometido durante toda una vida y plasmado por Rafael Ramos, para recuperar, por fin, el recuerdo ancestral rememorado de los gimnetas y contestanos, cuya consumación final tuvo lugar en el verano de 2023, tras arder espontáneamente el último altar neoibérico que había construido, para dar paso al último proyecto vital antes de alcanzar la liberación definitiva: la metamakgia.
Primero, antes que nada, apareció el concepto metamakgia en mi cabeza. Sucedió el 7 de agosto de 2019 al finalizar la tarde, mientras subía al seminario diocesano San Miguel de Orihuela, por un camino serpenteante, al que llamé, desde entonces, "el camino empedrado de la serpiente" o algo parecido (no lo recuerdo con exactitud). Es cierto que en ese momento el concepto metamakgia simplemente apareció en mi campo perceptivo y dejó una especie de poso importante, como cierta sensación rara e inexplicable de que había algo subyacente de importancia que indagar ahí. Pero sumidos en la vorágine de todos los cambios intensos que estábamos experimentando mi mujer y yo, así como el brutal lustro que se avecinaba por el horizonte, me olvidé casi al completo de ese concepto y toda la marabunta de pensamientos y sensaciones que lo acompañaban, quedando solo el esbozo.
El 5 de junio de 2023 era un día como tantos otros, muy caluroso, en la recta final de la primavera, bordeando el comienzo de un abrasador verano en la Vega Baja del sureste peninsular. Por la tarde acudí a una de mis dos librerías habituales, Códex, para comprarme un libro que ya había visto antes, pero cuando fui a pagar vi otro de refilón que inmediatamente me interesó más y dejé el anterior, pues el presupuesto lo tenía ajustado para un solo libro. Mientras pagaba y hablaba con Javi, el dependiente que me atendía en ese momento, un chaval joven barbudo me preguntó, con excesivo formalismo y educación, por el libro que acababa de comprar. Nos pusimos a hablar en la misma librería y me propuso salir fuera para dejar el pequeño espacio libre. Caminamos hacia un parque muy cercano y nos pusimos a hablar largo y tendido de nuestras pasiones literarias. Se llamaba Tono, tenía 29 años y era un auténtico friki de los escritores estadounidenses de ciencia ficción Frank Herbert (1920-1986) y Neal Stephenson, así como del escritor pulp también estadounidense y fundador del subgénero de la fantasía heroica conocido como espada y brujería, Robert Ervin Howard (1906-1936).
Apenas dos meses atrás había comprado la primera edición original en doce volúmenes (breves y tamaño bolsillo), de la obra completa de Conan de Cimmeria, la mejor creación howardiana. Fue en Alicante, durante la feria del libro, en una de las casetas que montan a lo largo de la Avenida Federico Soto, donde se establecen varias librerías de viejo, la mayoría de ellas pertenecientes a la Comunidad Valenciana. Y mientras hablaba con Tono de Stephenson, pero principalmente de Howard (yendo más allá de sus creaciones más populares, como Conan de Cimmeria, Solomon Kane o Kull de Atlantis, para detenernos, largo y tendido, en su creación favorita, Almuric y el protagonista de esa novela corta, Esau Cairn), le dije con espontaneidad, que si lo aceptaba le regalaba la primera edición completa original de la obra de Conan. Al principio se quedó perplejo y aturdido, dudando, pues no le cuadraba que tras acabar de conocer a una persona, le hiciera ese regalo. Pero no había "trampa ni cartón", como suele decirse. ¿Quién podía tener mejor que Tono, a buen resguardo protegida, la primera edición publicada en castellano de la obra completa de Conan de Cimmeria? Yo, evidentemente, no. Y así dio comienzo una improbable, intensísima y fulgurante amistad, cuya duración se extendió a lo largo de un solo año, deteniéndose el 19 de mayo de 2024.
Lo más significativo para que la breve amistad se desencadenara entre nosotros, sucedió ese mismo día mientras subíamos a la planta superior del "zulo" en el que vivía con mi mujer desde el 30 de octubre de 2019, para recoger la obra completa de Conan. Tono echó un vistazo a todos los libros que tenía desperdigados por allí y se percató de dos cosas: un par de libros escritos por Peter Carroll (cofundador de la magia del caos) y el libro de Rafael Ramos sobre las imágenes y mitos de Iberia. Resulta que él era un genuino mago caota practicante (aunque inactivo en aquel momento) y un apasionado friki de nuestros ancestros iberos. Empezamos a quedar para caminar por la mota del río Segura y hablar de magia ocultista, neopaganismo, anarcocapitalismo, libertarismo, literatura pulp y otros temas de interés para ambos. Lo más interesante de Tono para mí fue su renuncia a tener teléfono inteligente e incluso móvil. Solo nos comunicábamos cuando le llamaba al fijo de su madre en casa (vivían en una enorme vivienda unifamiliar ubicada en la pedanía Raiguero de Bonanza, cerca de Orihuela).
El 6 de noviembre de 2023, tras hablar unos días antes sobre la posibilidad de retomar el trabajo mágico juntos, con el descabellado propósito, por parte de Tono, de que nos tocara la lotería, me vino la idea a la cabeza, después de su interesante y evocador planteamiento especulativo sobre la dificultad de que te toque la lotería y su hipotética resolución. Según planteaba Tono la cuestión, siguiendo la "lógica" irracional del pensamiento mágico, los juegos de azar consisten en una serie de voluntades personales intentando atraer hacia ellas la coincidencia de unos números para recibir cierta cantidad de dinero. Según el pensamiento racional, que te toque es una muy improbable cuestión de azar y suerte. A mi juicio usar el comodín argumental del azar o la suerte es un cliché que termina con el pensamiento, equivalente a decir "no lo sé".
Tras investigarlo a fondo durante años, no puedo afirmar que los juegos de azar no sean cuestión de, precisamente la suerte o el azar, pero tampoco puedo afirmar que el pensamiento o la voluntad, a través de la intención, no decanten, de alguna misteriosa manera, la balanza a tu favor, aunque tampoco como afirma el Nuevo Pensamiento, la "ley de la atracción" y la autoayuda más chabacana, derivada de lo citado. Todavía sigo (ahora más que nunca) indagando en esa cuestión.
Por tanto, la hipótesis de Tono se centraba en lo que él creía haber descubierto: se puede decantar la balanza de la "suerte" o el "azar" a tu favor mediante el ejercicio de la magia ocultista, pero a nadie le toca por esos medios porque todo el mundo hace lo mismo, por tanto, su hipótesis era que debíamos hacer algo diferente. El problema de ese interesante argumento es que todo mago ocultista trabaja con paradigmas ya establecidos y desarrollados. El claro ejemplo fue la propuesta de Tono: usar la magia del caos. ¿La magia del caos? Precisamente ahora mismo lo que más se usa es la magia del caos. Pero no había más opción, pues desde 1976 el paradigma más reciente, disruptivo, potente, popular y precisamente usado era el caota, por tanto... ¿Qué hacer?
La respuesta llegó el lunes, 6 de noviembre de 2023 mientras caminaba por la mota del río Segura: teníamos que crear un nuevo paradigma mágico ocultista. Entonces recordé y así volvió el concepto metamakgia a mi campo perceptivo, olvidado desde el verano de 2019, cuando apareció por primera vez. En realidad no se trataba de una invención desde cero, pues los esbozos se presentaron tras la desocultación del concepto en su momento. Lo que faltaba era desarrollarlo a fondo. Me puse a ello durante la siguiente semana. Nos buscamos dos nombres metamákgicos para hacer el trabajo. Tono me "bautizó" como Atrom Mascafierros. Yo lo "bauticé" a él como Ontón Muerdevigas. El primer encuentro para activar operativamente la metamakgia tuvo lugar el lunes, 13 de noviembre de 2023 en el parque de la mota del río Segura. Seguimos trabajando con ella, en aquella primera fase de activación, hasta el 18 de marzo de 2024.
Dos meses después me distancié de Tono, para dar comienzo a la recta final de todas las vivencias nómadas y sin hogar que experimentamos mi mujer y yo desde el 20 de noviembre de 2023 (sí, una semana después del primer encuentro metamákgico empezamos a recibir efectos intensos) hasta el 1 de agosto de 2024.
Transcurrido un año desde el último encuentro metamákgico y tras cerrar la primera fase de activación con Tono, ahora da comienzo la segunda fase con mi mujer.
Transcurrido un año y medio desde la activación de la metamakgia como nuevo paradigma no volitivo de magia ocultista y que, por tanto, pretende ir más allá del resto de paradigmas (meta significa "que va más allá de" la makgia o "hacer que los cambios ocurran en conformidad con la voluntad"), hay preguntas ineludibles que responder: ¿Tuvo efecto real el trabajo? ¿Nos tocó la lotería? La respuesta rápida y directa sería un rotundo no; evidentemente que no nos tocó ni de lejos la lotería (trabajamos con varios números de diversas entidades, pero el trabajo más importante fue con un número específico de la lotería de Navidad). Pero sí han pasado la suficiente cantidad de acontecimientos, cuando menos, curiosos e interesantes, como para estudiarlos a fondo. De todas formas se trata de acontecimientos cuya interpretación es altamente subjetiva, por tanto cada cual puede sacar sus propias conclusiones, condicionadas principalmente por su sistema de creencias particular. En el siguiente post comentaré algunos y cada cual puede decidir por su cuenta si son coincidencias fortuitas, efectos metamákgicos o cualquier otra cosa.
¿Qué es la metamakgia y cómo funciona? Explicarlo por aquí sería arduo. Si el tema ha despertado tu más mínimo interés, lo mejor sería que accedieras aquí: METAMAKGIA.



































