El bloqueo individual y el apagón colectivo

Lunes, 28 de abril de 2025.

13:38.



Hace exactamente una hora volvía de comprar en Mercadona cuatro cosas y de repente, al intentar consultar algo en internet, el teléfono inteligente me avisa de que no hay conexión.


De la misma forma que pasa a menudo, en un primer momento he pensado que sería una de las pérdidas momentáneas de conexión internáutica que suelen tener todas las compañías de telefonía casi a diario.


Pero al ver que no recuperaba la conexión en unos minutos, entonces la cabeza ha desatado su primera fase de especulación asociativa de ideas y pensamientos.


Lo primero ha sido lo obvio: ¿Acaso no habremos pagado este mes la factura de Vodafone y nos han restringido el servicio de repente?


Pero como estaba en la puerta de casa, he declinado llamar a mi mujer por teléfono para preguntarle, abriendo la puerta de acceso al edificio y subir luego a nuestro piso. Entonces la situación ha tomado una nueva dirección, tras intentar encender la luz de la entrada y ver que esta no prendía después de darle varias veces a la clavija.


Evidentemente el ascensor tampoco funcionaba y tras subir los cuatro pisos a pie quedaba meridianamente claro que no había corriente eléctrica en toda la vivienda. Esto implicaba que muy probablemente tampoco habría luz en la calle. Menuda putada. Con las ganas que tenía de comer y sumergirme toda la tarde en una sesión cinematográfica continua, navegando por la plataforma de streaming Movistar+. Pero, como otras veces ha sucedido, pensaba también que sería un instante, minutos, tal vez media, a lo sumo una hora.


Entonces me ha llamado mi mujer por teléfono, preguntándome si había luz en casa. Al contestarle con una negación, me ha comentado que en el piso donde viven sus padres (lugar en el que se encuentra ella hoy) tampoco hay, así como en Correntías, la pedanía a medio camino entre Orihuela y Bigastro donde vive su hermana mayor. Joder, he pensado, esto ya es otra historia que afecta a toda la ciudad, incluso al extrarradio. En un instante se ha desvanecido la posibilidad de almorzar, pues necesitaba cocinar.


Mientras esperaba leyendo un rato, tumbado en la cama y mirando por la amplia ventana abierta de par en par, mi mujer me ha llamado bromeando sobre una despedida por si esto era el apagón mundial y no podíamos volver a hablar por teléfono. Pero la aparente broma ha empezado a coger forma real cuando me ha dicho, poco tiempo después, que hay varias zonas de España sin electricidad.


Al consultar una noticia en La Vanguardia, leo que se trata de un apagón general que afecta a toda España, Portugal, Andorra e incluso algunas partes de Francia. Parece ser que el apagón no ha afectado a las islas, tanto Baleares como Canarias. Desde las 13:30, dice el artículo en línea del conocido periódico español, se está recuperando tensión en el norte y el sur peninsular, pero de momento son las 14:13 mientras escribo esto y aquí, en el sureste, seguimos sin tener luz.


Esta mañana me he levantado de dormir bien. Todo parecía augurar un buen día, pero poco a poco se ha ido torciendo, entrando en un estado anímico decaído de manera progresiva, sin aparente motivo ni justificación. Hace ya unos días que me pasa lo mismo, experimentando un estado de inquietud extraña e inestabilidad emocional, pero durante los dos últimos días la cosa había cambiado sustancialmente y volvía todo a su estado de equilibrio natural. Por eso lo de hoy ha sido bastante raro, llegando, a lo largo de la mañana, a sentir incluso un bloqueo psicológico total, donde "pierdo el sentido y el significado". Es curioso este suceso psicológico que catalogo como "pérdida del sentido y el significado", pues cada vez que me pasa sí tiene un significado inequívoco: significa que viene directamente, se acerca, o bien está al acecho un cambio vital transformador, por norma general muy intenso.


Desde las ocho de la mañana, cinco minutos después de despertarme, hasta las once y media, momento en el que he decidido salir de casa para comprar la comida que hoy necesitaba, he ido entrando en un estado de decaimiento anímico progresivo, hasta llegar al punto del bloqueo psicológico. Entonces, al revisar mi biblioteca, he visto la solución para hoy: Bukowski. No hay decaimiento ni bloqueo difícil para Bukowski.








Lunes, 28 de abril de 2025.

16:32.


Acabo de almorzar.

Sensación rara, experiencia extraña.

He comido sin cocinar.

Somos electrodependientes.

Y sin embargo...

Me posee un profundo sentimiento de paz.

En realidad siento que no necesito electricidad.

Vuelta a una era sin electricidad.

Cuatro y media de la tarde.

Seguimos sin corriente eléctrica.

Solo pienso en una cosa.

Voy a pasarme toda la tarde leyendo.

Todavía quedan cuatro horas de luz solar.

Y luego a dormir.

Me embarga la felicidad.

¿Acostarme a dormir tras anochecer?

No recuerdo cuándo lo hice.

Dudo que lo haya hecho nunca.

¿Serán capaces de hacerlo?

¿Enchufarán la sociedad antes de anochecer?

¿Tendrán el valor de joderme este momento?

67% de batería y bajando.

Queda menos para que el teléfono se apague.

Entonces alcanzaré el nirvana.

Sí.

El nirvana alcanzaré entonces.

¿Te juegas algo a que lo joderán todo antes?

66%.

Charles Bukowski me espera.

Tengo una cita con el realismo sucio.

Hank.

Chinaski.

Chelaski.

La senda del perdedor.

El bulevar de los sueños rotos.

Los bares se llenan.

Los tugurios se llenan.

Los prostíbulos se llenan.

Los hospitales se llenan.

Nada más se llena.

Peleando a la contra.

Y el suministro eléctrico se vacía.

Iberdrola se vacía.

Las televisiones se vacían.

Los electrodomésticos se vacían.

Las empresas se vacían.

Los tarjeteros se vacían.

Las redes sociales se vacían.

La conexión a internet flaquea y oscila.

Las actualizaciones se ralentizan.

El narcisismo chilla.

La cultura de mirarse el ombligo aúlla.

El ciberacoso sufre una crisis de pánico.

¡Es el caos apocalíptico de pesadilla posmo!

Y yo inmerso en un ataque de felicidad.

64%.

Y mientras tanto los técnicos siguen adelante.

Esto tiene que resolverse.

Hay que devolver la luz a la civilización.

Pero yo me regocijo en otra literatura.

Ahí está Robert E. Howard por debajo.

Civilización versus barbarie.

Barbarie versus civilización.

Bien lo sabía Bob Dos Pistolas.

La civilización es una apariencia.

La apariencia de civilización.

Pero debajo rebosa la verdad subyacente.

La verdad subyacente es la barbarie.

Antes o después toda civilización cae.

Y las apariencias vuelven a la esencia.

62%.

Hoy tengo la esperanza.

A cada minuto que pasa se intensifica.

Hoy estará todo a oscuras nada más anochezca.

Rezo a todos los dioses diosas demonios.

Excepto a Crom.

Pues es el único dios que no escucha ni atiende.

Rezo para que no vuelva la luz.












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